La editorial francesa L´Harmattan publicó el libro “Paroles
d’exil” (Palabras de exilio, 2017), un volumen que compendia trece entrevistas
a escritoras y escritores latinoamericanos, quienes no sólo fueron víctimas de
la represión y la violencia del terrorismo de Estado, sino que también vivieron
en la diáspora del exilio tras el advenimiento de las dictaduras militares en
América Latina.
Las escritoras y escritores fueron entrevistados entre
octubre de 2014 y marzo de 2016, con el propósito de registrar, con sus propias
palabras, un testimonio personal y colectivo de una de las etapas más sombrías
de la historia de un continente que fue asolado por los gobiernos que, dejando
a su paso un reguero de muertos, heridos y desaparecidos, se encaramaron en el poder
entre 1960 y 1990.
Los autores, que son de Chile, Uruguay, Argentina,
Bolivia, Paraguay y Brasil, evocan las circunstancias de su forzada partida del
país de origen, las secuelas del sufrimiento físico y psicológico provocadas
por la sistemática represión política, la capacidad de adaptación en el país
que los acogió en condición de exiliados y el vigor de su escritura como arma
de denuncia y protesta.
Entre los escritores entrevistados, y cuyas obras fueron
traducidas al francés, figuran Isabel Allende, Carlos Liscano, Eduardo Galeano,
Zoé Valdés, Sergio Zamora y Víctor Montoya, entre otros. Algunos de ellos
retornaron al país que los vio nacer después del rescate de la democracia
cautiva, en tanto otros permanecieron en su segunda patria, que es el país que
los acogió solidariamente en los peores momentos de su vida ciudadana.
Las entrevistas fueron realizadas por la periodista
francesa Marianne Boscher-Gontier, nacida en 1956, cerca de París, donde reside
desde hace cuarenta años. Las traducciones al francés corresponden al profesor
y traductor franco-español Mathieu Vicens, nacido en 1981, en Burdeos, hijo de madre
vietnamita y padre hispano. La ilustración de la cubierta y los retratos de los
escritores fueron plasmados por el diseñador argentino Agustín Herrera.
No cabe duda de que este libro, que constituye un valioso
documento de la historia contemporánea, fue elaborado por dos apasionados de la
literatura latinoamericana y dos intelectuales interesados por rescatar la
memoria viva de los escritores que fueron perseguidos, torturados, encarcelados
y exiliados por el único “delito” de haberse opuesto a la ideología de
exterminio y violencia de los regímenes antidemocráticos, que vulneraron los
derechos humanos y cometieron crímenes de lesa humanidad.
Por lo demás, el exilio político no es un acto heroico ni
una forma de vida que valga la pena recomendar a las futuras generaciones. Como
bien decía Eduardo Galeano: "Nadie es un héroe por haber abandonado el
país, nadie es patriota por permanecer allí". El exilio es, simple y
llanamente, un destierro que se debe asumir con los puños y dientes apretados,
porque es el último refugio al que uno acude para poner a salvo su vida,
constantemente amenazada por un sistema político totalitario que no tolera la
libertad de expresión ni respeta la dignidad humana.
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